Ni depósitos de alta remuneración, ni super rebajadas viviendas en la costa, ni acciones: en este momento, la inversión preferida de cualquier español con euros en los bolsillos es comprar oficinas bancarias y alquilárselas al banco (o caja) vendedor. No faltan ofertas, aunque no todas son iguales.
Desde Bankia al Banco Pastor, desde el Popular al BBVA, pasando por La Caixa, CaixaNovaGalicia y otras entidades de ahorro: han llegado al mercado la venta de las oficinas bancarias y están teniendo una salida muy rápida.
Es una operación sencilla y sin complicaciones. Sin derivados financieros y sin preocupación por los tipos de interés: el inversor compra una oficina bancaria y en ese mismo momento se la alquila al banco por una renta mensual. A partir de aquí cada banco ofrece variantes: rentabilidad sobre la inversión (sobre el 5 por ciento anual), duración del contrato de alquiler, derecho de recompra por el banco, gastos de mantenimiento, etc.
Para los banco es interesante porque mejoran su balance al sustituir activos pétreos por liquidez y para los inversores también porque encuentran una rentabilidad segura con un inquilino solvente y de confianza (dentro de lo que hoy se puede esperar).
A más a más, no hay límites en la inversión: desde un gran edificio –como la sede central del antiguo Banco de Bilbao en la Gran Vía de la capital vizcaina que compró la Mutualidad de Abogados por 100 millones de euros a la entidad que previamente se la había comprado al BBVA– a una pequeña sucursal o un lote de sucursales, desde zonas premium en los aledaños de los centros financiero urbanoss, hasta la Meseta profunda.
El Santander fué pionero en este tipo de operaciones, pues en enero de 2008 vendió la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte a un fondo británico y muchas oficinas de su red a sus propios clientes. El año pasado el BBVA vendió por 1.154 millones de euros 948 sucursales y 55 edificios singulares a un fondo del Deutsche Bank, que los comercializa en una joint venture con el Grupo March. Popular, Barclays, Pastor, Sabadell y Bankia son comercializadores directos de sus oficinas, dando preferencia a sus clientes de banca privada.
La rentabilidad está en el entorno del 4-6 por ciento anual y los alquileres están indexados con la inflación. Se registran mas variantes en el tiempo de obligado cumplimiento y en los gastos de mantenimiento, que afectan a la rentabilidad final.
Desde Bankia al Banco Pastor, desde el Popular al BBVA, pasando por La Caixa, CaixaNovaGalicia y otras entidades de ahorro: han llegado al mercado la venta de las oficinas bancarias y están teniendo una salida muy rápida.
Es una operación sencilla y sin complicaciones. Sin derivados financieros y sin preocupación por los tipos de interés: el inversor compra una oficina bancaria y en ese mismo momento se la alquila al banco por una renta mensual. A partir de aquí cada banco ofrece variantes: rentabilidad sobre la inversión (sobre el 5 por ciento anual), duración del contrato de alquiler, derecho de recompra por el banco, gastos de mantenimiento, etc.
Para los banco es interesante porque mejoran su balance al sustituir activos pétreos por liquidez y para los inversores también porque encuentran una rentabilidad segura con un inquilino solvente y de confianza (dentro de lo que hoy se puede esperar).
A más a más, no hay límites en la inversión: desde un gran edificio –como la sede central del antiguo Banco de Bilbao en la Gran Vía de la capital vizcaina que compró la Mutualidad de Abogados por 100 millones de euros a la entidad que previamente se la había comprado al BBVA– a una pequeña sucursal o un lote de sucursales, desde zonas premium en los aledaños de los centros financiero urbanoss, hasta la Meseta profunda.
El Santander fué pionero en este tipo de operaciones, pues en enero de 2008 vendió la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte a un fondo británico y muchas oficinas de su red a sus propios clientes. El año pasado el BBVA vendió por 1.154 millones de euros 948 sucursales y 55 edificios singulares a un fondo del Deutsche Bank, que los comercializa en una joint venture con el Grupo March. Popular, Barclays, Pastor, Sabadell y Bankia son comercializadores directos de sus oficinas, dando preferencia a sus clientes de banca privada.
La rentabilidad está en el entorno del 4-6 por ciento anual y los alquileres están indexados con la inflación. Se registran mas variantes en el tiempo de obligado cumplimiento y en los gastos de mantenimiento, que afectan a la rentabilidad final.
El producto inmobiliario estrella: las oficinas bancarias
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Publicado por VRedondoF para FED el 6/17/2011 01:12:00 AM