Criteria, la huida hacia delante de La Caixa
@S. McCoy - 05/09/2007
Se ha abierto la caja de los truenos. No lo duden. La operación Criteria va más allá de lo que asoma en la superficie y ahonda en la conveniencia de una figura, la de las Cajas de Ahorro, que se ha convertido en un anacronismo en el sistema bancario actual, olvidados ya los fines para los que inicialmente fueron creadas. Dios salve a la Obra Social, o lo que queda de ella.
Porque, en definitiva, lo que pone de manifiesto la salida a bolsa de Criteria, con independencia de los activos mejores o peores que la integren -que, a día de hoy, no dejan de ser cuarto y mitad de Fastibex con sesgo a utility-, es la incapacidad de estas entidades para conseguir financiar la expansión natural de sus actividades por la vía del uso de sus recursos propios. ¿Dónde quedó la posibilidad de cotización de las cuotas participativas, eterno nasciturus, nunca parido? En el recién abolido limbo de los legisladores. Tres avemarías por las almas de la normativa que han abocado a las Cajas al uso de fórmulas no tan novedosas para hacer frente a sus propias limitaciones.
Y es que ése, y no otro, es el objetivo último de la salida a bolsa de un holding que se situará entre las diez primeras compañías del Ibex: crecer en el negocio bancario. Más claro no pudo ser Fornesa en su puesta de largo de ayer. Claro que nadie se acordó de recordarle sus veleidades con el Deutsche Bank en momentos del ciclo no muy distintos a los actuales y que hicieron sudar la gota gorda a más de uno en la entidad. La Caja que no conoce su Historia está condenada a repetirla.
Dicho esto, la operación tiene más puntos positivos que negativos para La Caixa en particular y para el conjunto del mercado en general. Por una parte, permite a la entidad catalana crecer más rápidamente, a la vez que le abre las puertas del mercado con su doble vertiente positiva de exigencia en la gestión y transparencia en las operaciones. Por otra, supone un paso más en el acercamiento de las cajas al sometimiento de aquellos estándares del mercado que rigen para el resto de los integrantes del sistema bancario, en sentido amplio, patrio. No es de extrañar que Bancaja, por poner sólo un ejemplo, haya iniciado un camino paralelo.
Y es que la actualización de la figura de la Caja de Ahorros es un imprescindible en nuestro país, como lo es en Italia con los Bancos Popolari o en Alemania, donde la figura equivalente es la de los Landesbanks, de tan infausta gestión reciente. Habría que ver lo que diría Botín, el Viejo, viendo el panorama actual. Usted puede ser, con carácter general, menos eficiente que yo, más agresivo en la concesión del crédito, pelear por los depósitos, rendir cuentas ante un innominado como los impositores y, además, y por si fuera poco, comprar bancos. Pues sí que estamos buenos. Y no le faltaría razón. Queda dicho.