@Eduardo Segovia.- - 18/12/2007
Estamos en plena época de presentación de perspectivas bursátiles para 2008, y prácticamente todas las firmas de inversión pintan un panorama "moderadamente alcista". Pero no todas. Credit Suisse se ha convertido en la gran excepción a la regla, con la publicación de un informe estratégico muy políticamente incorrecto en el que augura un pánico bursátil en algún momento del próximo año, por culpa de la fuerte ralentización económica que prevé.
A su juicio, la economía global ha vivido en los últimos cuatro años una expansión tan fuerte que no tiene parangón en casi 40 años. De ahí que considere casi imprescindible una ralentización importante, la "única forma de reducir las presiones inflacionistas y otros desequilibrio que ha producido el boom". Los catalizadores habituales de los frenazos económicos son una caída de los beneficios empresariales y un shock financiero. "Ambas condiciones están presentes ahora", concluye.
El apetito por el riesgo -que es lo que en definitiva mueve la bolsa- va paralelo a la economía. Pues bien, según el banco suizo, no hemos vivido un episodio de pánico provocado por la caída de este apetito en los últimos cinco años, algo que sólo ha ocurrido en otro período: agosto de 1982-octubre de 1987. Período que, como es sabido, concluyó con el famoso 'viernes negro', el 19 de octubre de ese año, en el que el Dow Jones sufrió la mayor caída diaria de su historia.
Ahora bien, no se puede extrapolar directamente aquella situación al momento actual, porque existen grandes diferencias: el apetito por el riesgo ya se frenó hace meses y ahora está en niveles bastante inferiores a la euforia que reinaba en 1987; los bonos están ahora caros, mientras que hace 20 años estaban baratos; y las acciones están baratas ahora frente a los bonos, no exageradamente caras como entonces. Ahora bien, en la actualidad también hay zonas donde campa la euforia en el mercado, como las bolsas emergentes y las empresas de materias primas.
Por otro lado, también hemos tenido ya un episodio de pánico en agosto, aunque no tan grande como para que el mercado viva la catarsis que necesita. En consecuencia, "no estamos buscando una repetición literal de lo ocurrido en 1987". Pero, dicho esto, Crédit Suisse considera que "la balanza parece estar inclinándose hacia una ralentización en condiciones y un auténtico episodio de pánico en 2008".
Para justificarlo, recuerda que "la bolsa casi siempre lo hace peor que la deuda en momentos de fuerte ralentización del crecimiento global, y siempre lo hace peor en las recesiones". "Si las cinco mayores economías del mundo entran en recesión, o si los beneficios empresariales se desploman por otras razones, entonces esperaríamos una caída de las bolsas", añade.
Dado que la valoración de las acciones frente a los bonos ha caído un 10% desde el máximo de julio y ha roto la tendencia alcista que venía desde 2003, el objetivo de caída que fija esta entidad se sitúa en torno al 15%-20% desde los niveles actuales. Una corrección que sería mayor en los activos más sobrevalorados: "Si el mundo desarrollado entra en recesión, los mercados emergentes y los activos relacionados con materias primas pueden sufrir aún más que las bolsas occidentales".
Precedentes aterradores
Por otro lado, hay referentes temporales muy preocupantes. Si tomamos literalmente el precedente de 1982-1987, el viernes negro correspondería con... el próximo viernes. Siendo menos literales, no saldríamos del pánico hasta abril de 2008. Otros ciclos anteriores de crecimiento ininterrumpido de la riqueza durante cinco años sugieren que puede haber un último impulso alcista antes de la corrección/tendencia bajista.
Más preocupante es la comparación con los cinco grandes mercados bajistas que ha habido en la historia: el primer mínimo se suele alcanzar en el tercer año de caída (equivalente a 2003 en la tendencia bajista que comenzó en 2000), y después los mercados recuperan prácticamente todo lo perdido en el séptimo año (que correspondería a 2007). Pero el octavo año ha sido siempre -salvo en un caso- bajista, con caídas medias del 18% desde máximos; es decir, en 2008 tocaría bajar.
La esperanza es que, según los precedentes, los años noveno y décimo siempre han traído fuertes recuperaciones. "Después del pánico de 2008, aparecerán nuevas oportunidades de inversión más sostenibles que las actuales", son los ánimos que Crédit Suisse insufla a sus clientes.