Mucha gente cree que planificar consiste en aplicar el Modelo de Planificación No Natural y, como no le ven valor alguno de cara a su trabajo, casi nadie planifica.
Se suele asociar planificar con burocracia, pérdida de tiempo, limitación de la creatividad y la espontaneidad... Es lógico, porque lo que habitualmente se considera planificar, no es planificar.
Nos solemos resistir por tanto a planificar las reuniones, las presentaciones y, en general, cualquier cosa. Además, cuando planificamos, muchas veces lo dejamos para el último minuto.
Lo que suele suceder cuando no se planifica, o cuando se hace tarde y rápido, es que se acaba produciendo una situación de crisis. Es entonces cuando ponemos en marcha el Modelo de Planificación Reactivo.
Este modelo consiste en sobreactuar, es decir, tomar mucha más acción de la que una planificación adecuada hubiera requerido. Sobreactuamos dedicando más horas, más esfuerzo... El resultado es más trabajo y más estrés para más gente.
Cuando demasiada gente estresada se pone a trabajar en un mismo problema, lo habitual es que no sólo no lo resuelvan, sino que lo compliquen aún más. Suele ser entonces cuando alguna mente preclara exclama "¡Necesitamos organizarnos!", grito de guerra que desencadena una frenética actividad de "pinta, etiqueta y colorea", más conocida como "diseño organizativo".
Lo de cambiar "cajitas" de sitio tampoco suele aportar demasiado a la resolución del problema. Hace falta más creatividad para resolverlo, ¿Qué tal una tormenta de ideas"? Pregunta alguien...
Como esto tampoco suele funcionar, antes o después se acaba contratando un consultor que, a poco bueno que sea, tendrá que plantear en un momento dado "la" pregunta: "A ver, ¿qué es lo que realmente quieren hacer?" (es decir, ¿cuál es la visión o propósito?).
El Modelo de Planificación Reactivo es el contrario al Modelo de Planificación Natural, porque sigue un enfoque de arriba a abajo, es decir, actuar > organizar > tormenta de ideas > visión > propósito, que es precisamente el orden inverso al que sigue el Modelo de Planificación Natural.
Si queremos lograr resultados, al final habrá siempre que aplicar el Modelo de Planificación Natural de todos modos. La pregunta es cuándo y a qué coste.
Se suele asociar planificar con burocracia, pérdida de tiempo, limitación de la creatividad y la espontaneidad... Es lógico, porque lo que habitualmente se considera planificar, no es planificar.
Nos solemos resistir por tanto a planificar las reuniones, las presentaciones y, en general, cualquier cosa. Además, cuando planificamos, muchas veces lo dejamos para el último minuto.
Lo que suele suceder cuando no se planifica, o cuando se hace tarde y rápido, es que se acaba produciendo una situación de crisis. Es entonces cuando ponemos en marcha el Modelo de Planificación Reactivo.
Este modelo consiste en sobreactuar, es decir, tomar mucha más acción de la que una planificación adecuada hubiera requerido. Sobreactuamos dedicando más horas, más esfuerzo... El resultado es más trabajo y más estrés para más gente.
Cuando demasiada gente estresada se pone a trabajar en un mismo problema, lo habitual es que no sólo no lo resuelvan, sino que lo compliquen aún más. Suele ser entonces cuando alguna mente preclara exclama "¡Necesitamos organizarnos!", grito de guerra que desencadena una frenética actividad de "pinta, etiqueta y colorea", más conocida como "diseño organizativo".
Lo de cambiar "cajitas" de sitio tampoco suele aportar demasiado a la resolución del problema. Hace falta más creatividad para resolverlo, ¿Qué tal una tormenta de ideas"? Pregunta alguien...
Como esto tampoco suele funcionar, antes o después se acaba contratando un consultor que, a poco bueno que sea, tendrá que plantear en un momento dado "la" pregunta: "A ver, ¿qué es lo que realmente quieren hacer?" (es decir, ¿cuál es la visión o propósito?).
El Modelo de Planificación Reactivo es el contrario al Modelo de Planificación Natural, porque sigue un enfoque de arriba a abajo, es decir, actuar > organizar > tormenta de ideas > visión > propósito, que es precisamente el orden inverso al que sigue el Modelo de Planificación Natural.
Si queremos lograr resultados, al final habrá siempre que aplicar el Modelo de Planificación Natural de todos modos. La pregunta es cuándo y a qué coste.
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Publicado por VRedondoF para TDM el 3/20/2009 10:53:00 AM