Han acabado o van a acabar muchos MBA en estos días. Curiosamente, revisando entre mis papeles he descubierto unas reflexiones que Alfonso Jiménez, Fundador dePeopleMatters, dedicó como despedida a los alumnos del MBA de RRHH del Insituto de Empresa en la edición de 2005. En su día lo recorté y ahora os lo traigo aquí. Alfonso es miembro del Top Ten Management Spain y participó en mi libro Who´s Who en el Management Español. También he trabajado con él en algunos proyectos relacionados con el mundo del fútbol. Os lo dejo, merece la pena recordarlas:
1.- Piensa que la clave de tu éxito depende de la habilidad que tengas para hacer aflorar las capacidades ocultas que todas las personas llevamos dentro, y conseguir la entrega y compromiso que hagan de los servicios de tus personas una ventaja competitiva única, o al menos, diferencial.
2.- Trata a tu equipo como quieres que te traten tus jefes o la propiedad de tu proyecto empresarial. No levantes expectativas que no estás completamente seguro que puedes conseguir. No pierdas nunca la confianza de tu equipo ya que si la pierdes, no la recuperarás.
3.- Piensa que todo es efímero. No te engomines demasiado, ni te menosprecies nunca. Los mejores proyectos algún día se acaban. Y los directivos que un día recibían llamadas, algún día terminarán llamando.
4.- Como todo depende de la gente y tú no podrás llegar a todos, siempre necesitarás apoyarte en una estructura directiva y gerencial sana. No metas mediocres en ella porque la mediocridad gestiona medianía, ni dictadores que hagan falsos tus buenos mensajes, ni ambiciosos que un día te traicionen.
5.- Evita crear mal ambiente. No confundas talante con calidad. Haz un hueco al humor y piensa que todos serán más felices si creas un entorno agradable a tu alrededor.
6.- No te apoyes en tu poder, sino en tu autoridad. Predica con tu ejemplo. Ve más allá de los procedimientos y no escatimes con la ética. Cuando tengas dudas pregúntate si eso que tienes dudas en hacer lo contarías antes de hacerlo y si ya lo has hecho pregúntate si te pondrías colorado si lo tuvieras que explicar. Si esas preguntas te ponen en crisis, no lo hagas.
7.- Presta mucho cuidado a la selección. Preocúpate de la compensación ya que afecta a tu cuenta de resultados, pero sobre todo a la capacidad de generar ingresos. Sé consecuente con ella. Piensa en el lado emocional y gestiona con exquisitez y profesionalidad las desvinculaciones.
8.- Trata tu tarjetero como tu principal fuente de valor. Los conocimientos pasarán, las tarjetas caducarán, pero los primeros vencerán siempre antes.
9.- Trata de alimentar tu libertad profesional cada día. La libertad de un profesional, de un directivo, depende de su patrimonio económico o de su patrimonio intelectual. Siempre ten en valores líquidos la cuantía que tu estimes que necesitas para vivir sin deteriorar tu nivel de vida durante el tiempo que consideres necesitarás para conseguir un nuevo puesto de características similares o mejores del actual. Sólo teniendo esa liquidez serás completamente libre y no pasarás por decisiones arbitrarias, poco éticas o de dudosa profesionalidad con las que no estés de acuerdo.
10.- Piensa siempre que el trabajo es una forma de ganarse la vida, pero no es la vida. Si te obcecas en el trabajo y no desarrollas otras actividades, algún día te lo reprocharás. La carrera profesional es una carrera de fondo, pero hay que llegar a la meta. Hay muchos corredores que sólo se paran ante un campo de malvas.
1.- Piensa que la clave de tu éxito depende de la habilidad que tengas para hacer aflorar las capacidades ocultas que todas las personas llevamos dentro, y conseguir la entrega y compromiso que hagan de los servicios de tus personas una ventaja competitiva única, o al menos, diferencial.
2.- Trata a tu equipo como quieres que te traten tus jefes o la propiedad de tu proyecto empresarial. No levantes expectativas que no estás completamente seguro que puedes conseguir. No pierdas nunca la confianza de tu equipo ya que si la pierdes, no la recuperarás.
3.- Piensa que todo es efímero. No te engomines demasiado, ni te menosprecies nunca. Los mejores proyectos algún día se acaban. Y los directivos que un día recibían llamadas, algún día terminarán llamando.
4.- Como todo depende de la gente y tú no podrás llegar a todos, siempre necesitarás apoyarte en una estructura directiva y gerencial sana. No metas mediocres en ella porque la mediocridad gestiona medianía, ni dictadores que hagan falsos tus buenos mensajes, ni ambiciosos que un día te traicionen.
5.- Evita crear mal ambiente. No confundas talante con calidad. Haz un hueco al humor y piensa que todos serán más felices si creas un entorno agradable a tu alrededor.
6.- No te apoyes en tu poder, sino en tu autoridad. Predica con tu ejemplo. Ve más allá de los procedimientos y no escatimes con la ética. Cuando tengas dudas pregúntate si eso que tienes dudas en hacer lo contarías antes de hacerlo y si ya lo has hecho pregúntate si te pondrías colorado si lo tuvieras que explicar. Si esas preguntas te ponen en crisis, no lo hagas.
7.- Presta mucho cuidado a la selección. Preocúpate de la compensación ya que afecta a tu cuenta de resultados, pero sobre todo a la capacidad de generar ingresos. Sé consecuente con ella. Piensa en el lado emocional y gestiona con exquisitez y profesionalidad las desvinculaciones.
8.- Trata tu tarjetero como tu principal fuente de valor. Los conocimientos pasarán, las tarjetas caducarán, pero los primeros vencerán siempre antes.
9.- Trata de alimentar tu libertad profesional cada día. La libertad de un profesional, de un directivo, depende de su patrimonio económico o de su patrimonio intelectual. Siempre ten en valores líquidos la cuantía que tu estimes que necesitas para vivir sin deteriorar tu nivel de vida durante el tiempo que consideres necesitarás para conseguir un nuevo puesto de características similares o mejores del actual. Sólo teniendo esa liquidez serás completamente libre y no pasarás por decisiones arbitrarias, poco éticas o de dudosa profesionalidad con las que no estés de acuerdo.
10.- Piensa siempre que el trabajo es una forma de ganarse la vida, pero no es la vida. Si te obcecas en el trabajo y no desarrollas otras actividades, algún día te lo reprocharás. La carrera profesional es una carrera de fondo, pero hay que llegar a la meta. Hay muchos corredores que sólo se paran ante un campo de malvas.
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Publicado por VRedondoF para TDM el 6/22/2010 04:25:00 PM