Estamos en Nochebuena. Esta noche, cena en san Quirico con mucha gente. Mi mujer habla de unos 40. Ya veremos. Regalicos para todos. Hoy los traen los abuelos, de parte del Niño Jesús. El 5 de enero por la noche, los Reyes Magos, sin intermediarios.

Se está acabando el año. En las entrevistas, me preguntan qué opino de 2010 y qué nos depara 2011.

2010 no ha sido una maravilla, pero me parece que ha tenido sus cosas buenas:

Quizá nos hemos vuelto mayores, un poco más maduros.
Quizá hemos aprendido aquello de que no se puede estirar el brazo más que la manga.
Quizá hemos entendido que lo de la crisis va para largo.
Quizá hemos entendido/recordado que en época de crisis, y siempre, hay que hacer tres cosas:
1. Trabajar mucho
2. Trabajar muy bien
3. Ser muy buenas personas

Repito mucho "quizá", porque no estoy del todo seguro.

No hago más que leer que hace falta realizar reformas estructurales. Nunca he sabido qué quiere decir eso. Hace un par de semanas, en Jerez, me animó mucho un señor que, en una conferencia, me dijo que él tampoco sabía lo que quería decir eso de las reformas estructurales y que, cuando lo supiera, diría si hacían falta o no.

He pensado un poco, aprovechando que estos días son un poco más tranquilos y que los 40 que vienen a cenar todavía no han llegado. (Cuando llegan, no se puede pensar. A lo sumo, se puede aspirar a sobrevivir, con la sonrisa en los labios.)

He llegado a la conclusión de que, en España, hay que hacer tres reformas estructurales. Una, fácil, y dos, difíciles. Son las siguientes:

Hay que echarle una ojeada a fondo al Modelo autonómico. No al modo en sí, sino a su funcionamiento. A mí me gusta esto de las Autonomías, porque los problemas de San Quirico los conoce mejor el Alcalde de San Quirico que la Ministra de Economía y Hacienda.
Lo que pasa es que si el Alcalde de San Quirico ha hecho locuras por valor de 13.061 millones de euros en los nueve primeros meses de este año, me resulta más barato irme a Madrid a hablar con la Ministra.
"Locuras" quiere decir que el citado Alcalde -para los amigos, las Comunidades Autónomas- ha gastado 13.061 millones de euros más de lo que ha ingresado. Y esos euros son muchos euros.
Lo que pasa es que si me dan las cifras en porcentajes, parece menos. Por eso, como no entiendo, prefiero ver las cifras gordas y que no me digan que en Aragón tenemos un mísero déficit del 0,78 % sobre el Producto Interior Bruto Nacional. Si me dicen que ese 0,78 % son 2.624 millones de euros y lo traduzco a pesetas, me doy cuenta de que es una barbaridad.
Esta es la reforma fácil. Sólo tiene un punto difícil: que el Alcalde de San Quirico quiera. Porque es posible que alguna Comunidad Autónoma -quizá bastantes- no quiera. Pero hay que hacerlo, porque si no, cuando nos mira la señora Merkel desde Berlín o el señor Obama desde Washington, algún indocumentado les puede sugerir que se pregunten qué hacen tantas autonomías gastando un poco alegremente.
La segunda reforma estructural es más difícil. Se trata de meter en la cabeza -y en los hechos- a la gente, que lo del consumo ya pasó, y que ahora estamos en la época de gastar con la cabeza.
Hace poco hemos tenido la huelga de los controladores aéreos, que dejó plantadas a 335.000 personas. Todos hemos dicho que no hay derecho. Pero quizá la señora Merkel, a la que le debemos dinero, mucho dinero (238.000 millones de dólares a 31 de diciembre de 2009, según datos del New York Times, edición on line, de 1 de Mayo de 2010), el Sr. Sarkozy (le debemos 220.000 millones) y los señores Cameron y Clegg (114.000 millones de dólares), se han preguntado si es que no nos hemos enterado todavía de nuestra situación, porque 335.000 personas, o sea, el 0,71 % de la población española, ha decidido irse de puente a gastarse las perras por ahí. (Ya sé que en esas 335.000 personas había emigrantes que volvían a sus casas, y enfermos y niños. Ya lo sé. Pero es difícil explicarle al que le debes dinero que el 0,71 % de la población ha decidido endeudarse más.)
Para colmo, el 31 de Diciembre Portugal nos debía 95.000 millones de dólares y los portugueses, que son como son, pueden plantearse que para qué pagarnos, si no lo necesitamos.
La tercera reforma es aún más difícil. Consiste en que hay que quitarse la boina. En muchos casos, hay que desatornillársela.
Esto va, fundamentalmente, para los chavales jóvenes. No acabo de entender eso de que a los jóvenes les cuesta encontrar trabajo. ¿Han buscado en la parte Sur de Alaska? ¿O en el norte de Sri Lanka, donde ya se ha acabado la guerra con los Tamiles? ¿O en el Este de Rusia?
¿No habíamos quedado en que ahora vivíamos en la aldea global? Pues si es global, habrá que buscar trabajo por el globo terráqueo. Mi amigo Fernando, de 35 años, casado y con tres hijos, especialista en luminotecnia de espectáculos, vio que en España, y concretamente en la calle Muntaner de Barcelona, que, es donde él vivía, no había muchos espectáculos en busca de iluminador. Pues se metió en Internet, que para eso está y no sólo para enterarnos de los cotilleos de Wikileaks, y ahora lo tenéis trabajando en Singapur, muy contento. Dice que hace más calor que en Barcelona, que no puede hablar catalán y que de los resultados del Barça se entera tarde, porque cuando juega el Barça, él ya está durmiendo. Pero ha encontrado trabajo y no tiene tiempo para hablar de lo mal que está todo.

Estoy contento, porque, cuando me pregunten por las reformas estructurales, ya sabré lo que tengo que contestar. Es posible que se me olvide alguna. Cuando se me ocurra, lo escribiré. ¡Felices Navidades!

P.S. Es posible que alguien me diga que los datos sobre nuestras deudas son viejos (del 31 de Diciembre), que ya hemos pagado todo lo que debíamos y hemos cobrado todo lo que nos debía Portugal. Si es así, retiro lo que he dicho. Pero, como no lo sé, lo mantengo. Por si acaso.

@Leopoldo Abadía - 24/12/2010 06:00h